martes, 19 de abril de 2011

Carta de un jugador juvenil de pensión

Esta carta la escribió un jugador juvenil anónimo de pensión de un club de A.F.A.
Simplemente la publico porque creo que es muy sincero lo que dice y da un ejemplo a todos los padres y entrenadores que debemos entender el sacrificio y todo lo que se priva un chico de inferiores por un sueño que quizás nunca se cumpla.
Es para todos ellos, los chicos de inferiores, los que llegan a primera y los que quedan en el camino mi humilde reconocimiento.

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“La mejor vida”

Ésta es nuestra vida, una vida donde hay sueños por alcanzar, donde siempre hay proyectos por cumplir.

Una vida en la que muchos quieren estar, pero pocos lo logran. Y hay otros que lo están y poco lo aprovechan.

Una vida donde la concentración y la astucia es lo que te mantiene.

Una vida donde la humildad es lo principal.

Una vida donde siempre tenés que estar atento y preparado para todo lo que viene. Preparado para enfrentar cualquier desafío.

Una vida en la que psicológicamente tenés que estar muy bien, porque en esta vida no vas a tropezar una vez, sino miles de veces. Y esas miles de veces, te tenés que levantar y salir adelante.

Una vida en la que tu propia casa es tu club.

Una vida en la que el estar lejos de la familia, de los amigos, de tu novia, y de todos los que te acompañaron de chico es un desafío todos los días.

Todo esto lo hacemos por amor al fútbol, porque nos encanta, y cada día te entrenas más, más y más duro, y con más ganas. Porque sin sacrificio, no hacemos ni somos nada.

Muchos te dicen: "Qué vida la tuya eh"... Vos lo miras y te reís, una vida hermosa y perfecta (pensás en tu mente), y mientras lo miras decís por dentro... Si supieras lo que es estar esperando el colectivo para simplemente volver a tu casa después de un entrenamiento, o ver a tus familiares despidiéndote, y sentir latir el corazón.
Si supieras lo que es despedirte de tu novia, de tus amigos, de tus seres queridos y pensar una y mil veces si volvés o no ?.

Si supieras lo que es estar lejos de tu familia, y tan sólo verla cuatro veces al año, mientras vos no le das ni pelota a lo que te dice tu mamá.

Si supieras lo que es acostarse todos los días a las 22:00 horas, y levantarse a las 6:30, mientras vos seguís de largo y de joda.

Si supieras lo que es manejarte sólo como si tuvieras 30, cuando solo tenés 17, 16, 15 ó 14 años.

Ésta es nuestra vida, ésta es la vida que amamos, y le agradecemos a Dios porque estamos y nos puso en ella. Porque cada vez que nos ponemos la camiseta de nuestro club, jugamos como si fuera nuestro último partido.

En la vida del futbolista no existen las vacaciones, y menos el tiempo, nunca dejamos nada para el otro día. Una vida donde si no pensás antes de hacer, estás en el horno. Una vida muy difícil de entender. Una vida donde la fe y la confianza es lo que nos ayuda a ser lo que somos.

Yo creo en Dios, y dejo todo en manos de él, pero si no actuás, los demás te comen.

Una vida en la que se te pasan miles de pensamientos por la mente. De recuerdos de amigos y compañeros que pasaron y muchas cosas más, pero tenés que seguir con la frente en alto.

Una vida en la que los actores principales son tus padres y hermanos, que están siempre que los necesitás.

Una vida en la que nunca mostramos malestares ni bajones, aunque mayormente están presentes.

"La vida de un futbolista".

Una vida en la que la tristeza dura más que la alegría. Porque si ganás una final, festejás 10 minutos en el vestuario y listo. Pero si la perdés, la amargura y la tristeza te dura semanas.

Una vida en la que tenés que ser fuerte y a la misma vez tranquilo.

Una vida donde no solo jugás vos, sino tu equipo.

Una vida en la cancha, donde hay 11 contrincantes que le quieren ganar a tu equipo.

La vida del futbolista es hermosa y perfecta, pero sin sacrificio no hay recompensa.